El primer mensaje no solo acusa de "traición" al exmandatario, sino que abiertamente exige su expulsión del Partido Justicialista, sugiriendo que la interna ha superado el límite de las disputas ideológicas y de poder para instalarse en el terreno de la lealtad partidaria.

La elección del lugar donde se colocó el cartel no es casual. El pasacalle fue ubicado estratégicamente en el cruce de la calle 201 y 2, flanqueando dos indicadores de la vida política local: se encuentra debajo de un cartel que promociona obras de gestión provincial en Pico;  y está al costado de otro que promocionaba la candidatura oficialista de Abelardo Ferrán.

Esta ubicación, en un punto neurálgico del territorio vernista por excelencia, amplifica el impacto del mensaje y confirma que el conflicto no solo involucra a las cúpulas, sino también a sectores con capacidad de movilización y organización a nivel territorial.

El incidente ocurre poco después de que la diputada Silvia Larreta, ultravernista, atacara al presidente del bloque del PJ, Espartaco Marín, desautorizándolo como conductor dentro de la Legislatura. La aparición de esta cartelería en Pico, de carácter anónimo y con una virulencia inusitada, evidencia que los enfrentamientos entre las líneas internas del ziliottismo y el vernismo no tienen vocación de tregua y que la fractura interna es profunda y pública.

La acusación de siempre

El pasacalle que pide la expulsión de Carlos Verna del PJ por "traición" no es una novedad en el historial del justicialismo pampeano; es, más bien, la reiteración de un trauma histórico.

La acusación de "traidor" siempre fue un comodín recurrente en la confrontación entre los dos grandes líderes del PJ: Verna y Rubén Marín, el patriarca de Taco y Lichi.

Lo que sí es novedad es el actor protagónico de la escalada actual. En las últimas semanas, la tensión se cebó justamente con el linaje Marín. El cruce más reciente se da a tres bandas:

- Lichi Marín, diputada nacional electa e hija de Rubén, fue quien inició la ofensiva verbal post-elecciones, criticando duramente al exgobernador Verna.

- La diputada Silvia Larreta, referente ultravernista, respondió en la Legislatura desautorizando a Espartaco Marín como presidente de bloque.

- Finalmente, el pasacalle anónimo en General Pico pide la expulsión de Verna, utilizando la misma acusación que históricamente marcó la ruptura con Rubén Marín.

El conflicto de facciones se convierte, así, en una reedición callejera del quiebre histórico del PJ, donde los hijos y los seguidores de los históricos caudillos continúan la vieja batalla de sus padres.