Hacía tiempo que ambos no se comunicaban por WhatsApp, y Cristina había dejado de utilizar Telegram, su medio preferido para evitar filtraciones en sus diálogos con el presidente, a quien ella misma había promovido dos años antes. La relación entre ambos era fría, y el enojo de Cristina iba más allá del fracaso electoral reciente.

La reunión se extendió por tres horas y media, con Cristina liderando la conversación y Alberto recibiendo sus reproches. Para la líder del entonces Frente de Todos, la situación política que enfrentaban era un desastre, que podría haberse evitado si el presidente hubiera tomado decisiones a tiempo, especialmente en materia económica.

Uno de los principales blancos de Cristina y de su hijo, Máximo Kirchner, era el ministro de Economía, Martín Guzmán. La relación entre Guzmán y La Cámpora era tensa, especialmente debido a las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y a la fricción surgida cuando los Kirchner le impidieron despedir a Federico Basualdo, un subsecretario de Energía que pertenecía a la organización kirchnerista.

Este encuentro entre Cristina y Alberto precedió a la amenaza de renuncia masiva de medio gabinete leal a la vicepresidenta, un evento que finalmente no se concretó, pero que casi rompe definitivamente la alianza entre ambos sectores del peronismo. A pesar de mantener la unidad hasta 2023, la relación entre ellos se debilitó debido a los constantes intentos del kirchnerismo de socavar a un presidente cuya popularidad estaba en declive.

 
La conversación giró en su mayoría en torno a la estrategia política para las elecciones generales de noviembre, pero también incluyó un duro y directo reclamo de Cristina a Alberto. Fuentes presentes en Olivos en ese septiembre recuerdan cómo la vicepresidenta, con un tono enérgico, le advirtió a Fernández sobre su comportamiento personal: "Alberto, dejá de joder con las minas que traés acá. Sos un pajero, pero sos el Presidente. Empezá a controlar lo que hacés en tu vida privada porque todo el mundo lo sabe y nos va a causar problemas a todos".

Esta advertencia llegó apenas un mes después de la divulgación de la famosa foto de la "Fiesta de Olivos", celebrada el 14 de julio de 2020, durante el cumpleaños de Fabiola Yañez, en plena cuarentena por la pandemia de COVID-19, cuando cualquier tipo de reunión estaba prohibida. El escándalo mediático generado por esa imagen fue otro motivo de tensión entre el kirchnerismo y Fernández, incluyendo a la primera dama, quien, según describen, no acataba las recomendaciones de mantener un perfil bajo.