Martes 29 de Abril de 2025

28 de abril de 2025

La Pampa: Una niña será obligada a vivir con su padre

Una mujer será apartada de su hija por, presuntamente, obstaculizar el vínculo con su progenitor, a quien el año pasado le impusieron una restricción perimetral de acercamiento.

Una niña de 9 años será apartada de su hogar en Rancul, donde reside desde su nacimiento con su mamá, para vivir en la casa de su padre, en Río Cuarto (Córdoba) por orden del Juzgado Nº 2 de Familia, Niñas, Niños y Adolescentes de General Pico. “Ella le tiene terror a su papá, quien inició una judicialización hace seis años. El año pasado intentamos llevar adelante un proceso de revinculación por etapas, muy arduo, primero en forma virtual y después, cuando se pudo, de manera presencial”. El proceso duró un año, pero terminó mal porque se registró un episodio de violencia y al progenitor le aplicaron una medida de restricción perimetral. Desde entonces, la niña sigue negándose a estar con él.

La madre explicó que “ese régimen comunicacional se interrumpió el año pasado, después de unas vacaciones que terminaron por una situación de maltrato”.

Como el contacto entre ambos no se reanudó desde entonces, “porque la nena ya no quiere ver más a su papá, la jueza concluyó que yo estoy obstruyendo ese vínculo y decidió ponerla a cuidado de su papá, a 300 kilómetros de distancia, donde solo podré verla cada 15 días y en los horarios que dispongan”, lamentó.

Además de provocar una enorme angustia a la mujer, el fallo firmado por Alejandra Campos generó malestar en muchas familias del pueblo norteño que conocen el caso, “resulta inexplicable este fallo porque el juzgado nunca escuchó a la nena, ni le consultó su opinión, ni le preguntó con quién desea vivir”.

Lucha.

La joven pampeana estudió en la Universidad Nacional de Río Cuarto, donde conoció al padre de su hija. “Estuvimos seis años de novios, antes de quedar embarazada”. Cuando confirmaron que una hija venía en camino se mudaron juntos, pero la convivencia duró muy poco: “llevaba seis meses de embarazo cuando él me informó que no quería seguir conmigo. A pesar de la crisis que padecí, pude sobrellevar bien el proceso hasta la fecha de parto. Y me volví a Rancul cuando la beba no había cumplido un mes de vida”, recordó.

“Llegué sin nada, con ella en brazos, y residí durante tres años con mi madre hasta que pude comprarme la casa donde vivimos desde 2020”. Fue por esa fecha cuando el padre, quien nunca tenido contacto con la niña “hizo las primeras presentaciones para un régimen de visitas”.

Cuando la pequeña cumplió seis años, “el padre presentó una demanda por vacaciones forzadas, la jueza aceptó y su papá se la llevó. Fue la única vez que viajó a Río Cuarto y tuvimos que sacarla de abajo de la mesa, porque no quería irse”, recordó. Esas vacaciones terminaron antes de lo dispuesto, cuando la nena llamó a su madre para que fuera a buscarla. “La traje en colectivo y ella ya no quiso saber más nada con su papá”.

Revinculación.

Después de aquel episodio, “iniciamos un proceso de revinculación en la Unidad local, donde metían a la niña en una sala para que hablara con su papá. Duró un año y fueron avanzado despacio, hasta que pudieron sostener videollamadas y después una visita presencial”. Finalmente, el año pasado “ocurrió un episodio de violencia, una mañana cuando la nena se resistió y no quiso ir a desayunar con él” episodio que terminó con una medida de restricción perimetral.

A pesar de estos antecedentes, el fallo determinó que la niña vaya a vivir con su progenitor a Río Cuarto. “La resolución establece dónde va a vivir, a qué escuela va a ir, qué actividades va a hacer”. La jueza Campos dispuso que la niña “resida en Río Cuarto, pero asista a la Escuela de Holmberg donde trabaja su tía”, detalló.

El fallo puede ser impugnado en segunda instancia y la abogada Cecilia Ruffini ya está preparando ese escrito de apelación. “Voy a seguir luchando por mi hija, como he hecho siempre, porque desde que nació estuve siempre sola pero muy presente para ella. Trabajo como docente y atiendo todas las necesidades de mi hija, quien nunca estuvo en riesgo, ni en situación vulnerable. Es una niña con derecho a ser consultada y escuchada, pero durante el juicio no se realizó ninguna estrategia ni mecanismo para saber qué piensa y qué opina ella sobre esta cuestión. Y por eso creo que este fallo debería revertirse”, concluyó.

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