La esquina de la calle Argentino Valle y la Avenida Circunvalación Santiago Marzo es el lugar de trabajo de Ulises, un jubilado de 78 años, quien junto a su hijo venden diarios y revistas desde hace muchos años. Con los aumentos de las tarifas, la continuidad del puesto corre peligro, principalmente por el costo de la tarifa eléctrica. "Antes pagaba 3.000 pesos de luz, después me vinieron 17.000 y ahora 35.000. Es un disparate", contó Ulises a El Diario.

El jubilado, uruguayo de nacimiento, contó que "la situación es más que difícil. Se venden pocos diarios por día, tenemos un reparto chiquito y tengo una jubilación de albañil: 30 años de aporte y cobro 220.000 pesos. Este es un pequeño ingreso más que tenemos con mi hijo".

El costo de la energía eléctrica es el principal problema que debe afrontar Ulises. "Lo que vino de tarifa de luz es un disparate, hace dos meses me vino 17.000 de luz, cuando antes pagaba 3.000. Yo no gasto nada de luz, lo único que tengo es una pava eléctrica para tomar mate y después escucho la radio. La heladera que usaba, la tengo apagada, el calentador también", relató. 

Ulises dijo que no sabe qué hacer. "Estoy cuatro horas acá, no estoy 20. Venimos a la mañana, mi hijo hace el pequeño reparto que tenemos, el después estudia Biología y no consigue trabajo. ¿Cómo me van a cobrar 35.000 pesos de luz ahora?? No se ubican", se lamentó.

Si bien hizo consultas en la CPE, desde la cooperativa le dijeron que los costos son porque está instalado como comercio. "¡¿Cuánto puedo gastar de luz?, uso menos y pago el doble. Ayer pagué dos meses, 70.000 pesos, porque si no me la cortan", contó Ulises, a quien por momentos se le complicó hablar por la tristeza que le genera la situación. 

"Este es el único ingreso que tenemos, acá no gano como pagar lo que me viene de luz, no saco esa plata con el puesto. No sé qué voy a hacer", sostuvo el jubilado, quien agregó la venta de galletitas y caramelos, para tratar de juntas unos pesos más", detalló. 

Y resaltó: "A mí me gusta estar acá, esto me entretiene mucho. Tengo 78 años, vengo para juntar un mango más, para sumar y no pedirle nada a nadie y resulta que cada vez me va peor. En cualquier momento tengo que cerrar si esto sigue así".

Ulises agradeció a los clientes y vecinos que se preocuparon por su situación. "Los clientes son muy buenos, me preguntan cómo ando y fueron a ver que podían hacer. La otra vez me chocaron, me tiraron el puesto y me ayudaron para que me pagaran porque el hombre no tenía seguro", indicó. Esos mismos clientes y vecinos son quienes buscan que Ulises pueda continuar con su puesto de diarios y revistas, a pesar de la crisis.

FUENTE EL DIARIO DE LA PAMPA