Domingo 24 de Agosto de 2025

23 de agosto de 2025

“Sí, la maté y lo volvería a hacer 50 mil veces”

Impactante confesión de un femicida al recibir prisión perpetua

Ni siquiera la sentencia a cadena perpetua por el asesinato de Yanina Pérez de la Vega generó arrepentimiento en Ariel Omar Pérez. El hombre, hallado culpable del femicidio de su expareja, exhibió sin tapujos su personalidad borderline —según lo determinó un equipo interdisciplinario de médicos y psicólogos— frente al tribunal que lo condenó, y gritó a viva voz: "Sí, sí, yo la maté y lo volvería a hacer 50.000 veces".

El debate oral finalizó el viernes en San Juan y representó un alivio para la familia de la víctima, una mujer de 42 años que perdió la vida tras ser apuñalada en el cementerio de Angaco, donde cumplía tareas laborales. El agresor, apodado "Guascazo", ya tenía antecedentes vinculados a hechos de violencia de género.

El crimen ocurrió el 15 de febrero de 2024 por la mañana, cuando Pérez atacó a su expareja en su lugar de trabajo. Pese a que compañeros de la víctima lograron asistirla y trasladarla a un hospital cercano, falleció poco después a raíz de las graves heridas.

Durante todo el proceso, Pérez dejó en evidencia su carácter violento. Manifestó malestar constante por tener que estar presente en el juicio y solicitó "firmar los papeles e irse" en lugar de comparecer en la sala, algo que el tribunal rechazó. La audiencia transcurrió con cierta calma hasta que, en un momento, el acusado se levantó de manera desafiante de su asiento, generando la suspensión de la sesión. Finalmente, su defensa lo representó en ausencia hasta el tramo final del juicio abreviado.

Ante los jueces Flavia Allende, Federico Rodríguez y Gerardo Fernández Caussi, el acusado justificó sus actos asegurando que la víctima lo “amenazaba con matar a mis hijos”. Al explicarle la jueza Allende los alcances del procedimiento, Pérez reaccionó con furia y dijo: “Por amenazarme que iba a matar a mis hijos, por eso la maté yo a ella. Lo volvería a hacer”.

Cuando la magistrada le pidió que retomara su asiento, respondió con tono desafiante: “No me voy a sentar porque no se me da la gana, no se me dan los huevos”.

Finalmente, y en una última expresión de desprecio hacia los hijos de la víctima, lanzó: “Sí, yo la maté y lo volvería a hacer 50.000 veces”. Tras ello, los jueces confirmaron la sentencia a prisión perpetua, que lo mantendrá tras las rejas de por vida.

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